Como es tradición cada 20 de enero centenares de fieles asistieron durante todo el día al Santuario San Sebastián en Talca, para venerar a este santo, orar junto a sus seres queridos y participar en las Eucaristías.
La última misa se celebró a las 20:00 horas, y fue presidida por el Vicario de Talca Ciudad, el padre Rodrigo Arriagada y concelebrada por el padre José Ignacio Vásquez.
Luego de las lecturas del día, el Vicario expresó en primera instancia el saludo cariñoso que dejaba el obispo, el padre Galo Fernández, quien no pudo estar en esta celebración, ya que se encontraba en La Serena para la Jornada Nacional de la Juventud (JNJ).
“Sabemos que él (monseñor Fernández) está en la comisión organizadora de la JNJ que se va a realizar en La Serena, por eso no está aquí. Va a estar acompañando a todos los jóvenes de las distintas diócesis, y de manera especial de nuestra Diócesis de Talca, en este encuentro nacional de jóvenes. Un encuentro bonito que sin duda esperamos dé sus frutos para toda nuestra Iglesia”.
Así mismo, el padre Rodrigo Arriagada aseveró que muchos de los presentes estaban para dar gracias, otros para pedir, otros para encontrarse.
“Por sobre todo hay un motivo que nos reúne y que nos anima a seguir celebrando el regalo de esta fiesta de San Sebastián. ¿Es el santo?, sí, pero es algo más profundo, estamos aquí por el regalo y el don de la fe. Estamos aquí porque hemos sido capaces de descubrir en nuestra vida la importancia que tiene el amor de Dios en cada uno de nosotros”.
El sacerdote concluyó su homilía recordándonos que San Sebastián era un hombre de fe: “Una fe valiente, una fe entregada, y una fe comprometida, valiente porque sabemos que nunca dijo que no a lo que él creía, nunca dijo que no a aquello que le había robado el corazón, a aquello que tocó con profundidad su vida. Nunca renegó, al contrario, fue capaz de hasta entregar su propia vida por defender el regalo y el don de la fe, y surge inmediatamente una pregunta ¿Y nosotros, que tan valiente somos?”
Ya luego de la comunión, los fieles presentes se seguían acercando a la imagen del santo, y le regalaron un pie de cueca, acompañado por un gran ¡Viva San Sebastián!
Además, se rezó su oración antes de la bendición final, para ya después trasladar en procesión la imagen de San Sebastián hasta la gruta, donde permanecerá hasta el próximo 20 de marzo, momento en el cual se vuelve a reunir con sus feligreses.