Una conmovedora celebración se vivió el sábado 30 de agosto en la localidad costera de Vichuquén para dar gracias a Dios en la parroquia más antigua de la diócesis, punto de partida para la evangelización en nuestra Diócesis de Talca.
En este Encuentro Diocesano se dieron cita numerosos agentes pastorales de Curicó, Talca y la Costa, en especial los Consejos Zonales y Consejos Parroquiales, los que fueron recibidos cariñosamente por los dueños de casa con sopaipillas, tortillas, café y té.
Cerca de las 11:00 horas se dio inicio a la procesión por las calles del pueblo, encabezada por una antigua imagen de la Virgen del Carmen que era tirada por una yunta de bueyes. Además, un grupo de pifaneros, empellejados e indiecitas acompañaban la actividad, trayendo el reconocido sonido de las pifilcas del Baile de los Negros que se celebra en el santuario de Nuestra Señora del Rosario de Lora.
Cinco emotivos momentos para pedir perdón marcaron el caminar: por nuestros pueblos originarios, por nuestra sociedad (en especial tiempo electoral), por el poco cuidado que hemos hecho a la “casa común”, por la violencia hacia las mujeres y por el maltrato a los migrantes. El caminar por esta antigua localidad fue acompañado con el rezo del rosario.
Ya en el templo parroquial, el que estaba repleto de fieles, comenzó la misa presidida por el padre Nelson Chávez Díaz, Vicario General, y concelebrada por el padre Luis Alarcón, Vicario de Curicó, y todos los párrocos de la Costa, en la compañía de diáconos, ministros y ministras enviados.
El padre Nelson comenzó hablando de los naturales que habitaron estas tierras -picunches, huilliches- y de como desde el siglo XVI hay indicio de evangelizadores: “Ellos han sido y fueron los supervivientes de una raza de naturales que vivieron por muy largo tiempo en estos parajes y que formaron una cultura, una sociedad, un ámbito natural de vida y de comunidad cuyas familias, muchos siglos después, recibieron la semilla del evangelio a través de la Iglesia en manos del cura doctrinero”.
“¿Cómo no recordar también, haciendo memoria agradecida, los nombres de esos sacerdotes esforzados, sacrificados y aventureros? (…) el Padre Diego de Lovera, cura doctrinero que atendía las doctrinas de Vichuquén, Huenchullamí y Lora; o del cura Martín de Oyarzún y Frías que fue, al parecer, primer párroco de Vichuquén hacia 1650. O el cura de Lora cuya casa en donde él vivía todavía aparece en un plano del pueblo hacia 1629”.
Evangelización que continúa
“Hoy celebramos 100 años desde que nuestra Diócesis de Talca fuera creada; pero la historia, el testimonio, el trabajo evangelizador ya hacía siglos que aquí en esta querida zona de la costa había comenzado. Por eso es que celebrar estos 100 años de evangelización no sólo significa agradecer y reconocer la memoria de tantos sacerdotes, pero sobre todo laicos y laicas que han forjado la vida eclesial y de fe en estos lares. Significa hoy día también reconocer que el trabajo evangelizador es el mismo de ayer y es el mismo de hoy porque Cristo no pasa de moda y trasciende el tiempo”, destacó el Vicario General.
“No deja de ser significativo el signo que hemos hecho todos nosotros, esta mañana, de recorrer las calles y avenidas de este hermoso pueblo de Vichuquén; nuestro caminar con cantos y oraciones refleja esa actitud de pueblo que camina, que marcha, que se pone en movimiento y que quiere recorrer los mismos pasos y las mismas huellas no sólo de nuestros antepasados sino también ponernos en movimiento para seguir al Señor de la vida”, enfatizó el padre Nelson.
Y concluyó: “Reunirnos hoy y hacer memoria agradecida por estos 100 años de la creación de nuestra diócesis y por los más de 4 siglos de evangelización en esta tierra costina, también significa que nuestra alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida; reunirnos hoy aquí en esta hermosa comunidad parroquial de Vichuquén significa no olvidar a aquellos y aquellas que nos enseñaron las primeras letras del abecedario de la fe y nos encaminaron a la experiencia de encuentro con el Señor”.
Durante el ofertorio se presentaron, junto al pan y al vino, diferentes grupos de importancia para las comunidades de la Zona Costa: una familia presentó una tortilla, otra familia de migrantes presentó banderas de Venezuela y Perú, representantes del pueblo mapuche presentaron instrumentos que utilizan en sus ceremonias, pescadores artesanales ofrecieron sus herramientas de trabajo, artesanos llevaron al altar objetos de su creatividad, los profesores que enseñan valores ofrecieron un texto escolar, la religiosidad popular fue representada por los pifaneros que presentaron sus instrumentos.
Después de la comunión el padre Hernán Vergara Jara dijo a los presentes que esta fiesta se hacía con mucho cariño, “buscando signos relevantes para esta celebración centenaria. Gracias a toda la comunidad de Vichuquén (…) los pueblos autóctonos son los que nos han hecho perdurar, por eso agradecemos esta historia, esta memoria en tierra sagrada”.
Esta hermosa celebración por nuestros 100 años finalizó con un gran compartir en la calle frente al templo y en los corredores de la casa parroquial.